Esta publicación es exclusiva para suscriptores pagos del newsletter. Accedé a las primeras 4 entregas de forma gratuita haciendo click acá. Y si quisieras saber como acceder a las entregas privadas de esta sección y apoyar a una escritora independiente por un precio bolsillo-friendly, podés chusmear este post.
⏰ Tiempo estimado de lectura: 4 minutos ⏰
La semana pasada tuve que escarbar y encontrar en qué áreas de mi vida no estaba siendo honesta conmigo misma.
Mi primer instinto fue decirme que soy totalmente honesta, que no estaba ocultando nada y siempre me traté con la verdad.
¿Se pueden esconder cosas de uno mismo?
¿Qué pasa cuando tapamos aquello con lo que no queremos lidiar?
¿Cuánto tiempo podemos ignorar lo que nos clava la mirada y busca con desesperación que le devolvamos el gesto?
No estaba siendo honesta conmigo misma, eso está claro. No puedo afirmar que no hay una pared entre lo que verdaderamente me tiene en vela y lo que decido enfrentar.
¿Hay algo que esté ocultando del resto?
Por supuesto.
Si no puedo ser 100% sincera conmigo misma, la única persona con la que convivo las veinticuatro horas de cada día, ¿cómo puedo serlo con los demás?
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to miquidades to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.