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Hace más de un mes me presenté en este mismo espacio con palabras de cambio, ánimo y entusiasmo por un futuro que creía que podía moldear como más quisiera. Esas imágenes de un futuro inventado me mostraban frente a mi pantalla, moviendo mis dedos por el teclado sin parar, haciendo anotaciones en mi cuaderno con una taza de café caliente a mi lado. Una ventana que mostraba el cielo gris y otoñal de Brighton, las hojas secas de los árboles cayendo y los autos pasando. Mi escritorio, tan desordenado como siempre, lleno de papeles con ideas que no quiero que se escapen y busco retener de alguna manera. Yo en mi silla, entre mantas calentitas, escribiendo como si vida dependiese de eso, pero sonriendo, disfrutando.
Esa fantasía no se concretó y, aunque nunca hice promesas, sí me comprometí y estoy quedando en falta. Decir que no estuve escribiendo es simplemente una mentira, pues escribí en el taller, estoy escribiendo un ensayo hace dos meses, el cual pasó de llamarse “ensayo septiembre/octubre” a “ensayo octubre/noviembre” y con el cual me siento un poco trabada. Pero no quiero que evolucione a “ensayo noviembre/diciembre”. Escribí en mi journal, en las notas del celular, y escribí dormida. Es decir, mi creatividad no se tomó vacaciones, simplemente está eligiendo en qué lugares hacerse presente y parece que cuando se trata de cultivar la tierra de Substack, no quiere saber nada con cooperar. Pero como ante todo soy cabeza dura, la engañé y la traje hacia estos lados para que me ayude a demostrarte que este espacio me importa.
La mayoría de las veces fallo en encontrar sobre qué hablar. ¿Tarot? ¿Mi vida? ¿Libros? ¿Series? ¿Películas? Pero nada. Ni una idea aparece. Todo pareciera ya estar dicho, hay temas que me interesan de los que ya se habló millones de veces, y no quiero sonar repetitiva. Podría escribir un cuento, inventarme un nuevo personaje o agregar una historia a la carpeta de mi personaje más desarrollado. Pero prefiero escribir sobre un cuento de Cortázar que me hace sentir encerrada cada vez que lo leo y como esto se traduce a nuestro día a día.
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