Muchas veces cuando llega el momento de la consulta donde hay que hacerle preguntas al Tarot, la mayoría de les consultantes se traba y no sabe como formular sus inquietudes, tienen miedo de hacerlo de forma incorrecta o necesitan de un machete para poder poner en palabras lo que quieren saber.
La realidad es que no hay una sola forma de hacerle preguntas al Tarot - cada tarotista te va a dar diferentes guías, te vas a encontrar con que hay tantas maneras de preguntar como hay tarotistas. Desde mi posición, suelo explicar que si quieren una respuesta concreta y detallada, su pregunta debe cumplir con las mismas características. Si nuestra pregunta es muy vaga y general, probablemente la respuesta lo sea también. A su vez, también pido que las preguntas no puedan ser respondidas con un simple sí o no - el Tarot tiene tantos detalles e información en cada carta que buscar una respuesta tan simple es un poco desaprovechar todo lo que tiene para decirnos. Suelo pedir a quienes consultan, dentro de lo posible, que me den contexto de su situación y algunos detalles. Mi astróloga y tarotista me dijo una vez que quienes consultan al Tarot van esperando respuestas y que les digamos todo, esperan que saquemos información y detalles de una bola de cristal, como si fuésemos seres mágicos. La realidad es que somos personas que funcionamos como canal, y como humanos, nuestro “poder” tiene un límite - si no te conozco, ni a tu situación, no voy a ser capaz de comunicarte con certeza lo que me diga el Tarot.
Para preservar la identidad de quienes me ayudan a darle vida a este newsletter, todas las experiencias narradas a continuación son anónimas. Vamos a recorrer una situación particular, con tanto detalle como podamos y vamos a buscarle una respuesta al consultante de esta entrega. Lo que salga en esta lectura puede no solamente resonar con quien consulte pero también con quién lea. La respuesta no va a ser universal, va a estar enfocada en esta persona específicamente pero medio que todes pasamos o hemos pasado por situaciones similares. Por lo que, si al finalizar el newsletter te quedas con ganas de tener tu propia lectura, podés contactarme a través de mi email micalambardi.tarot@gmail.com y voy a estar brindándote más información sobre como acceder a tu lectura de Tarot.
Nuestro primer consultante es amigue de la casa desde hace mucho tiempo, nos conocemos bien y hemos vivido de todo. Cuando le conté de mi proyecto, no dudó un segundo en sumarse y en empezar a ordenar, según nivel de prioridad, las situaciones por las que querría preguntar. Me pidió que le de unos días para pensarlo bien y que le escriba recordándole de que me mande sus preguntas.
Lo que recibí es digno de un consultorio de revista para adolescentes, como esa sección en la revista TKM o Para Teens. Me resultó un poco compleja la idea de tener que hacerme a un lado de la situación como Mica persona y tener que ponerme en papel Mica tarotista, porque conozco a las personas involucradas y mis propios prejuicios o pensamientos podrían llevarme a tener una lectura poco neutral. Mi mejor opción en ese momento fue no darle demasiadas vueltas a la situación y volver a leer el mensaje una vez que me sentara a escribir. Así que hoy, después de una semana, volví a leer el mensaje - lo hice con otros ojos, una mente relajada y preparada para canalizar respuestas y no urgarlas en mi cerebro, uniendo acciones y personas para sacar una conclusión que fácilmente podría caer en el chisme.
“Tengo una situación con un amigo y no sé cómo afrontarla... Hace un tiempo ya el se comporta raro con todxs lxs del grupo y responde muy a la defensiva, como si todo se lo tomara personal y como si todo fuera un ataque contra el”, dice el mensaje. Continúa contando que, desde su lugar de amigue, quiso ayudarlo dándole consejos para que intente actuar diferente en una situación en la cual resultó perdedor. Este amigo asumió a partir de este consejo que se lo trataba de inútil por actuar de la forma en que lo hizo - contestó mal, muy a la defensiva y nuestro consultante se replanteó la idea de que tal vez tenía razón y no había sabido expresarse o quizá hubiese utilizado las palabras incorrectas. Ante esta nueva situación, le pregunta por privado al resto de las personas del grupo si estaban de acuerdo con su amigo, si realmente se había portado mal. La respuesta fue unánime y todes opinaron que fue un acto de buena fe, una acción que cualquier amigue haría por otro.
Parecen estar todos de acuerdo con que hay que hablar con su amigo y explicarle que no les parece que se porte así con ellos ya que no hay ninguna mala intención detrás de las charlas y consejos. “Creo que le está pasando algo y no nos quiere decir o no nos damos cuenta, pero la verdad ya esto es suposición mía para no pensar que el es así porque le pinta, lo cual sería una red flag”, cuenta nuestro consultante. Además, también agregó que cree que están grandes para soportar estos enojos que terminan siendo erróneamente dirigidos hacia ellos, y que su amigo también ya es lo suficientemente mayor como para derivar su bronca a las personas incorrectas - sobretodo cuando son personas que quieren ayudarlo.
¿Hay algo que pueda hacer al respecto? ¿Como podría comunicarme mejor con mi amigo? son las preguntas que vamos a intentar responder.
Al mejor estilo Wanda Maximoff, prendí varias velas, coloqué cristales cerca mío, cerré los ojos y empecé a entrar en un estado de meditación. Leer el tarot no es fácil, te drena muy rápido de energía y lo mejor siempre es tener algún tipo de ritual antes de comenzar. Una vez que me imaginé rodeada de un aro de luz que me envolvía por completo, agarré el mazo de cartas y le conté lo que estaba pasando con este consultante. Hice mis preguntas y seguí mezclando. Cada carta se tomó su tiempo en salir y darse a conocer, lo que me estaba generando cierta frustración, pensé que estaba perdiendo mi “poder”, pero gracias al universo, no fue así.
Para entender mejor que son las cuatro cartas que vemos arriba, las vamos a dividir en tres grupos:
Presente (situación actual)
Limitante (trabas u obstáculos)
Consejo (no necesariamente se tiene que llevar a cabo ni va a solucionar este problema pero puede ayudar a tener otra perspectiva de la situación)
Ya sabiendo esto, vamos a analizar la lectura con todas las cartas en conjunto - porque si bien las separamos en grupos, de una forma u otra, se interponen unas con otras. Si pensamos en la situación actual del consultante y allegados, La Luna nos dice que hay problemas con nuestro interior (esto es más astrológico que otra cosa pero la luna hace referencia a nuestro hogar, nuestra crianza, nuestros sentimientos, el círculo familiar y todo nuestro mundo interior). Esta carta nos sugiere que hay una desconexión de les consultantes con sus seres interiores, necesitan iluminar toda esa parte que por tanto tiempo decidieron ignorar - siempre estuvo ahí pero le dieron la espalda y decidieron enfocarse en otras cuestiones. La Luna también les recuerda que es momento de encontrar qué los nutre y reflexionar sobre la distancia que se generó.
Cuándo me senté a hacer la lectura, esperaba que me salga una carta por grupo, como suele pasar. No fue así para el limitante, ya que recibí dos. Y son dos cartas muy cargadas de información que se complementan muy bien y nunca lo había pensado de esa forma. El Colgado nos sugiere un estado de completa pasividad, un momento donde no se puede hacer nada más que esperar a que alguien te baje de ese árbol o la soga se rompa. Aunque pareciera que no puede hacer absolutamente nada, podemos ver que su cabeza está completamente iluminada por lo que pareciese ser el sol, indicándonos que puede pensar, reflexionar y analizar su alrededor. Pero sobretodo, va a poder ver las cosas desde otro punto de vista; estar patas arriba le provee otra perspectiva. Pero este Colgado, no está accionando, no está reflexionando, no quiere ver las cosas de otra manera más que la suya. Me imagino sus manos detrás de el queriendo deshacer el nudo y bajarse de ese árbol lo antes posible porque está en una situación que le resulta incómoda. Se está enfrentando a todo aquello que lo llevó a desconectarse de lo que le hace bien pero no quiere aceptarlo.
Al momento de entender porqué El Mundo había aparecido en esta lectura, se me complicó bastante - sentía que los temas que iban con esta carta no se veían reflejados en armonía con el resto de las cartas, por lo que agarré algunos libros que tengo sobre Tarot y empecé a profundizar en su significado. Me encontré con que El Mundo nos viene a despedir al final del camino, nos ofrece diferentes opciones para seguir pero nos encontramos sin saber que queremos - hay muchas cosas nuevas que podemos intentar pero por miedo o nuestra propia limitación, las rechazamos. Es un momento de enfrentar que el lugar que habiamos es mucho más complejo de lo que creíamos, nos cuesta admitir que nuestra forma de ver y hacer cosas en la vida no es la misma para el resto. Sin embargo, El Mundo quiere que aprendas a confiar en tus decisiones y en tus elecciones. Siempre se puede volver atrás y elegir otro camino. Y tomando las dos cartas juntas siento que esta persona se encuentra en esa encrucijada de cerrarse en su propios métodos y entender que el resto hace las cosas con intenciones que no conocemos pero no por eso siempre son malas. Se encuentra en un momento de no entender bien que quiere y no sabe comunicarlo. Tal vez esta persona está como El Colgado pero sus manos piden desesperadamente ayuda de alguien alrededor que pueda hacerle ver que las cosas pueden ser diferentes y no siempre tienen porqué seguir un órden o una lógica.
Como consejo final de toda la lectura, nos encontramos con El Ermitaño, el viejo sabio. Viene a decirle a todes quienes esten involucrados en esta situación que hay que tener paciencia, que las cosas no se aprenden de un día para otro, no hay soluciones mágicas. Hay que aprender a mirar dentro de cada une, buscar lo que nos hace brillar y darnos tiempo a encontrarnos con nosotres mismes. Puede parecer un camino bastante solitario pero es un camino que todes transitamos.
En resúmen, para poder comunicarse mejor van a tener que entender que los procesos de cada uno llevan tiempos diferentes y hay que aprender a acompañarse hasta que se encuentren con lo que tanto buscaban y no podían encontrar.
Cuando empecé a tener ataques de pánico, creía que nadie entendía por lo que estaba pasando, sus consejos me parecían pura basura y me frustrababa no encontrar una solución rápida a un problema que me estaba haciendo muy mal. Me encerré en mí misma, dejé de ir a lugares que me hacían muy feliz, me autosaboteaba y dirigía mi frustración erróneamente a personas que no tenían la culpa.
Y pasé también por todos los estadíos de las cartas que nombré antes, fui El Colgado, fui El Ermitaño, y a veces también El Mundo. Tuve que pasar muchos años de terapia, momentos de reflexión y demasiadas recaídas para ir conociéndome y comprender qué me funciona y qué no en esos momentos. No fue fácil, fue bastante solitario pero no estuve sola - me acompañaron mis amigues, mi familia, mis terapeutas y sobretodo, supe acompañarme a mí misma. Aprendí a ser más paciente, a no juzgarme tanto, a probar diferentes métodos y aceptar que por más feo que suene, tal vez tenga que vivir toda la vida con esta ansiedad y pánico. Por momentos será más fuerte y por otros, más leve pero va a estar ahí y no puedo estar haciéndome pasar por momentos horribles por algo que al final del día no tengo total control sobre. Es un proceso que sigo transitando incluso al día de hoy.

Les invito a que se sienten un ratito a reflexionar y pensar sobre qué situaciones los llevan a ser muy duros con ustedes mismes y que eso termine repercutiendo en sus relaciones y en sus vínculos. No desde un lado de “castigarse” sino para conocerse mejor y poder prevenir ciertas situaciones que no les van a hacer bien ni a ustedes ni a quienes tengan a su alrededor. No es fácil, puede resultar una tarea un tanto incómoda pero enfrentarnos con nuestras partes menos bonitas nunca es sencillo. Les invito a que El Ermitaño acompañe este momento y que La Luna siempre les abrace.