“Necesito escribir el newsletter y me está costando horrores poder encontrar algo sobre lo que escribir”, escribí hace unos días en mi diario. No sé como empezar, por donde navegar o específicamente que decir. Así que decidí volver a la frase que me ayudó cuando estaba empezando con este proyecto “Flui más y desesperá menos”. Me pongo presiones y expectativas que nadie me impuso, soy yo contra mí misma compitiendo por llegar a una meta que no tiene fecha de vencimiento. Miro a mi alrededor y siento que estoy mucho más atrás que los demás, como si todos estuviésemos recorriendo el mismo camino, intentando llegar al mismo final.
Y haber tenido la carta del mes frente mío todos los días por dos semanas mientras trabajaba, me llevó a pensar y reflexionar sobre qué mensaje viene a darme en este momento. Como ya dije varias veces, el tarot es sabio y no es ningún boludo - aparece cuando más lo necesitamos, incluso si no lo queremos escuchar. Hoy puedo pensar que El Mundo viene a enseñarme ciertas lecciones y a que comprenda que no tengo que sacrificar todo por llegar a mi meta y conseguir un final perfecto.
Después de varias semanas de esperar, recibí noticias del aumento en mi salario. No fue lo que esperaba, no es una diferencia significativa con lo que tenía y todo lo que me genera esta situación (bronca, enojo, frustración), me lleva a no sentirme lo suficientemente motivada como para seguir con mi trabajo. Y eso también lo veo reflejado en otras areas de mi vida: la escritura, YouTube, mis hobbies, salir a hacer cosas. Estoy queriendo moverme pero sintiendo que no sé muy bien hacia donde ir - me gusta lo que hago, aprendí mucho del campo de Recursos Humanos en los últimos dos años pero al final del día no es lo que me llena y me hace feliz. Sin embargo, es lo que me da de comer todos los meses, me permite tener un techo y comprarme todas las cosas que me compro en Primark. Yo sé lo que quiero hacer con mi vida, a que me quiero dedicar y me encantaría poder cerrar esta etapa de trabajar en algo que no me emociona ni me da ganas de salir de la cama para hacerlo. El problema es que el mundo no parece estar hecho para que trabajemos en algo que amamos, es complicado y la remuneración no es la misma que en un trabajo más “tradicional”. El mundo debería empezar a cambiar.
XXI - El Mundo
llegar a tu meta
aprender lecciones
migrar
viajar
completar etapas
máxima experiencia y sabiduría
final perfecto
última carta de los arcanos mayores
constante movimiento
balance y soporte por parte de fuerzas invisibles
victoria
Recordatorio de que ninguna carta es buena o mala en su totalidad. Hay que aprender a verlas como un momento, una parte de la historia.
Si tengo que contarles cuál fue el momento en que saqué esta carta, no podría. No recuerdo cuando fue ni que hice ni cuál fue mi reacción. Esto me apena mucho porque me gustaría contarles como me sentí en ese momento, que pensé en el momento en el que vi El Mundo - únicamente tengo este mail que le mandé a Juana y la incomodidad que me representa esta carta en particular.
No sé si es porque representa finales y es algo con lo que me cuesta lidiar o tal vez es la poca confianza que tengo en mí misma y mi trabajo, creyendo que nunca voy a conseguir el éxito con cualquier cosa que pueda llegar a hacer. Esto no es algo nuevo pero debe ser una de esas cosas de mi persona que escondo para no tener que trabajarlo y después llega un punto donde no puedo seguir ignorando algo que parece ser muy obvio y puede lastimarme tanto. Sabía que iba a tener que hablar de El Mundo desde hace varias semanas y, sin embargo, lo pospuse lo más posible porque mi mundo se vio muy afectado por esta carta.
De esta carta se desprenden todas las demás, dice el libro de “El Tarot como llave”. Y de esta carta se desprenden muchas cuestiones personales que vengo viviendo desde hace varios meses. Desde que volví de Argentina no me siento igual: siento que me perdí tantas cosas, quedé afuera de muchas otras y fue un poco ser extranjera en mí mismo país. No soy del todo de acá pero tampoco soy completamente de allá. Tener que enfrentarme a eso me despertó muchas emociones que en su momento decidí ignorar y esconder bajo la alfombra. Muchas de esas cosas vuelven a la superficie y no me queda más opción que hacerles frente. Me gustaría vivir en un constante estado de fingir demencia y seguir, pero no puedo evitar lo inevitable. Así como me cuesta hablar de lo que me generó volver a Argentina, me cuesta aceptar que las cosas no me salgan en el primer intento, no ser buena en algo que empecé a hacer hace relativamente poco tiempo. Por ejemplo, este newsletter. Si bien reciben un mail cada dos semanas sin falta, no me gusta la sensación de que algo tan natural como escribir y comunicar me cueste tanto. O me lleve a tal nivel de frustración que es en lo que pienso antes de irme a dormir - hago mapas conceptuales en mi mente, me imagino escribiendo ciertas cosas que nunca terminan viendo la luz, porque me duermo y me olvido tan fácil de ellas como me olvido de mis sueños.
Pero decidí que seguir ignorando todo esto que me pasa no me va a ayudar en nada. Tal vez hacerle frente y dejar de correr de los cambios sea el primer paso a poder encontrar una salida de esta situación y poder volver a disfrutar de hacer lo que más me gusta. Es una posibilidad que escribir el newsletter me vaya a costar siempre, no lo descarto pero quizá también sea la forma en que pueda apreciar más cada minuto que paso escribiendo.
Poder publicar este newsletter cada dos semanas sin falta es una victoria en sí - lograrlo con el tiempo suficiente para darme lugar a poder ver errores y aciertos es todavía mejor. El Mundo nos lleva a hablar de nuestras victorias, que territorios conquistamos y en donde salimos ganando. Escribir siempre se me presentó como una aventura y embarcarme a escribir algo propio, tan personal y vulnerable como son estas entregas, me parecía una meta a la que nunca iba a llegar. Cada palabra que escribía parecía alejarme cada vez más de la recta final en lugar de acercarme. Honestamente no sé cual creen que es el proceso detrás de cada newsletter que reciben; tal vez piensan que es sencillo, que tengo una facilidad para poder expresarme que desearían poseer o quizá crean que me invento un montón de cosas para que encajen con la narrativa que quiero presentar. No sé que creen pero sí sé lo que realmente sucede detrás de escena: me siento con la compu en frente, el mazo de tarot a mi derecha y un vaso de agua fría a mi izquierda. Agarro mis libros de tarot, busco la carta que salió previamente y empiezo a hacer anotaciones en un bloc de notas. Una vez que tengo las palabras claves y significados de la carta, intento pensar qué situaciones de mi vida pueden ser aplicadas a ella, busco entre 3 y 4 temas para desarrollar, y empiezo a escribir. A veces tardo 3 días en finalizar el newsletter, otras veces 10 y otras 14.
Si bien el ciclo se repite siempre, el contexto es diferente, lo que vuelve a ese ciclo otro completamente distinto. El Mundo es la carta número 21 del Tarot y el último de los arcanos mayores. ¿Significa esto que el tarot se termina ahí? No, por supuesto que no. Vuelve a empezar, volvemos a la carta número 0 y empezamos de nuevo. Nos adentramos en nuevos territorios, nos enfrentamos a nuevas aventuras y llegamos al final. Y el ciclo se vuelve a repetir. Pensemos en este ciclo de repetición como los meses: tenemos alrededor de 30 días que se “restablecen” cuando finaliza un mes y comienza otro. No vivimos todos los 1 de julio igual ni un 23 de agosto es igual a otro. Vivimos muchos 1 de Julio o 23 de Agosto y ninguno es exactamente igual a otro. El Mundo nos quiere enseñar eso: la vida está en constante movimiento y todo es cíclico. Las situaciones se pueden volver a repetir pero nosotros ya no vamos a ser los mismos - vivimos cosas diferentes, conocimos lugares y personas que nos cambiaron, fuimos ganadores y también fuimos perdedores. Es muy probable que el mes que viene me siente a escribir la entrega de julio y me encuentre frente a la misma situación. Es muy probable que escribir no me sea fácil nunca. Más allá de la victoria de terminar encontrando el camino por el que quiero llevar el newsletter, no significa que el desafío sea sencillo. Uno nunca termina de aprender a hacer algo del todo, no llegamos al 100% de sabiduría y eso está bien. Lo importante es intentar y reconocer donde acertamos y donde fallamos.
En mi última reunión con Juana, le comenté la preocupación y frustración que tengo en este momento por no poder escribir como quisiera. Le confesé que esta carta me asusta un poco y me cuesta integrarla en mi vida cotidiana. “¿Y por qué crees que te cuesta integrarla?”, fue su respuesta, a la que yo me quedé muda y no supe bien que responder. Pero creo que llegando al final de este newsletter puedo entender mejor mi conflicto con El Mundo.
Este arcano es una carta bellísima, llena de mensajes positivos y mucha energía para embarcarnos en nuevas situaciones, tal vez aquellas que nos dan un poco más de miedo. Leí también en mi libro de tarot que quedarnos en la comodidad de lo conocido, en nuestra zona de confort, puede volverse perjudicial y podemos empezar a sentirnos ahogados y encerrados. Miremos los laureles que rodean al personaje de la carta: luego de un tiempo se pueden convertir en jaulas y no permitirnos salirnos del molde en el que nos metimos. E incluso otras veces vamos a ser forzados a dejar esa jaula y exponernos a situaciones que evitábamos a toda costa. Y no está mal, hay momentos en los que esa es la única forma de que aprendamos que, aunque nos dé miedo, podemos lograrlo.
El fin de semana pasado fui a ver a una de mis bandas favoritas tocar en Londres. No veía a Twenty-One Pilots en vivo desde el Lollapalooza 2019 (otra experiencia completamente fuera de mi zona de confort). La emoción que me recorría el cuerpo se mezclaba con la ansiedad que sentía por un futuro que conocía. Ese fin de semana hubo paro de transportes en todo el país. Los trenes de Londres a Brighton terminaban a las 7 pm del sábado y no volvían a empezar hasta las 8 am del domingo. Los subtes funcionaban con demoras y los colectivos estaban explotados de gente. Ningún paro me iba a frenar de ver a Tyler Joseph y Josh Dun en vivo, por lo que me compré un pasaje de micro para volver a casa.
Viajé sola desde Picadilly Circus hasta Wembley en subte (que más allá del paro, funcionó súper bien y llegué con tiempo de sobra). Ese día no solo tocaba TOP, sino también Ed Sheeran así que podrán imaginar la marea de gente que había en Wembley Park. Rama me había dicho que haga tiempo en Starbucks así que empecé a caminar en busca de la cafetería para tomar algo y cargar mi celular. Pasó una hora y yo seguía sin encontrarla, y le confesé a Giuli de mi poca capacidad de poder ubicarme. Se rio y me dijo hacia donde tenía que ir. 10 minutos después encontré el bendito Starbucks. La fila avanzaba con mucha lentitud y mis pies ya estaban cansados. Cuando llegó mi turno, mentí con mi nombre (a partir de ahora soy Michelle) pues no tenía energías para empezar a deletrear mi nombre y explicar como se dice. Una vez que recibí mi frapuccino y mi croissant, conecté el celular al cargador y pasé unas dos horas esperando para entrar. En el medio pasaron muchas cosas pero pasemos directamente al momento donde casi se me cae la mandíbula: cuando entré a la arena y ví donde estaba ubicada. Iba a tener a Tyler a unos 15 metros de distancia. No les voy a mentir, casi lloro de la emoción. Encontré mi asiento, me acomodé, saqué la bandera de Argentina de la mochila y empiezo a escribirle a mi mejor amigo, Fabricio, para contarle del momento que estaba viviendo y que me hubiese encantado que el estuviese ahí al lado mío.
El show fue increíble, ellos se lucieron como nunca arriba del escenario y yo dejé la voz en ese show. Me apuré a salir porque ya podía imaginarme la gente que iba a haber para llegar al subte. Unos 40 minutos después, estaba subida al subte más lleno que vi en mi vida - no tenía de donde agarrarme, la gente empujaba, había una mezcla muy extraña de olores y casi que no corría aire. Aproximadamente una hora después, llegué a la estación de Victoria. Próximo desafío: llegar a la terminal de micros y esperar otras 3 horas para pegar la vuelta. Abrí Google Maps y empecé a caminar. Le mandé a Giuli un mensaje diciendo que ya estaba yendo a la terminal pero empiezo a sentir que algo no está bien y justo me entra una llamada suya. Intentando explicarle donde estaba, que Google Maps se tildó y no sabía si estaba yendo bien, Giuli abre la aplicación que le muestra donde estoy y una vez más, me guía hacia el camino correcto. Segundo momento del día donde no me pude ubicar. Llegué a la estación, esperé el micro y llegué a Brighton a las 6 am del domingo.
Seguro se estén preguntando que tiene que ver todo esto con El Mundo. Hay un sentido detrás de tanta historia. El Mundo nos invita a viajar, a migrar, a aprender lecciones, a darnos cuenta que podemos adquirir experiencia y la próxima vez no va a ser tan difícil, vamos a llegar a la meta y vamos a sentir la satisfacción de haberlo logrado.
Estoy pasando por una etapa de cambio interior bastante grande y eso se traduce a mi exterior y todo lo que creo. Hay cosas nuevas que quiero intentar en el canal, quiero poder incorporar todas mis capas en las cosas que hago y que me gustan. No soy solo tarotista, o youtuber, o escritora, o fan de Marvel. Soy todas esas cosas juntas y más. No me voy a encerrar entre los laureles de El Mundo y mostrar solo un poquito de cada una en diferentes situaciones. Al contrario, voy a romper con las cadenas que yo misma me puse e intentar ser lo más auténtica posible, acá, en mis redes, con mis amigues, con mi familia, cuando estoy sola y cuando estoy rodeada de gente.
Quizás hoy haya hablado más de mí que del tarot pero este es también un espacio para conocerme a través de las cartas y por consecuencia, espero que ustedes también se conozcan a través de ellas. Como pequeña reflexión les dejo una pregunta para que piensen en como El Mundo está presente en sus vidas:
¿Por qué te limitas cuando podrías conquistar el mundo?
Hay muchas cosas en esta vida que me cuestan o me da miedo enfrentarlas. En su momento fue salir de mi casa, después subirme al transporte público y hasta caminar sola por la calle. De a poco fui viendo que no era tan terrible, que eran cosas que podía lograr e incluso sostener en el tiempo. Logré cosas que a una versión de mí misma le parecía imposible alcanzar. Cuando decidí dejar mi jaula y adentrarme en un mundo nuevo, me di cuenta de que la única que me puede frenar soy yo misma. Intento reconocer los momentos en que me estoy poniendo palos en la rueda - no siempre lo logro pero cuando lo hago, me siento completamente poderosa y con la capacidad de conquistar el mundo. Tal vez no el mundo que cada uno crea pero sí el que creo yo.
Me encanta leerte
Esta entrega si que me golpeo fuerte. Todo lo que escribiste me representa tanto que quede en shock. Te agradezco tanto por compartirlo.
Te leo desde el trabajo, que no me llena, con lagrimas en los ojos y decidida a no encerrarme más. Me quedo con esta frase: Lo importante es intentar y reconocer donde acertamos y donde fallamos.
Te felicito por intentar y lograr ♥ Cada victoria, por pequeña que sea, es un GRAN LOGRO!